A mi casa vendréis
A decir verdad no es mi casa
No sé de quien es
Un día entré allí como si tal cosa
No había nadie
Sólo rojos pimientos colgados del muro blanco
He estado mucho tiempo en esa casa
Nadie llegó a ella
Pero día tras día
Os he esperado
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Yo no hacía nada
Es decir nada serio
De vez en cuando por la mañana
Lanzaba alaridos de animal
Rebuznaba como el borrico
Con todas mis fuerzas
Y eso me divertía
Y después jugaba con mis pies
os llevan muy lejos
Y cuando hay música bailan
Se quedan os hacen compañía
Y cuando hay música bailan
No se puede bailar sin ellos
Hay que ser tan bestia como muy a menudo lo es el hombre
Para decir bestialidades tales
Bestia como sus pies alegre como el pinzón
El pinzón no es alegre
Sólo es alegre cuando está alegre
O triste cuando está triste o ni alegre ni triste
Acaso se sabe qué es un pinzón
Por otra parte no se llaman realmente así
Es el hombre quien ha llamado así a ese pájaro
Pinzón pinzón pinzón pinzón
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Qué curiosos son los nombres
Martín Hugo Víctor como nombre
Bonaparte Napoleón como nombre
Por qué así y no asá
Un rebaño de Bonapartes cruza el desierto
El emperador se llama Dromedario
Tiene un caballo de arcón y cajones de carrera
A lo lejos galopa un hombre que sólo tiene tres nombres
Se llama Tim Tam Tom y no tiene un apellido ilustre
Algo más lejos todavía hay quién sabe qué
A fin de cuentas qué puede importar todo eso
A mi casa vendrás tú
Pienso en otra cosa pero no pienso sino en eso
Y cuando hayas entrado en mi casa
Te quitarás toda la ropa
Y te quedarás inmóvil desnuda de pie con tus labios rojos
Como los rojos pimientos colgados del muro blanco
Y después te acostarás y yo me acostaré a tu lado
Eso es todo
Y a mi casa que no es mi casa vendrás tú.
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JACQUES PRÉVERT
Traducción de Juan José Ceselli
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