lunes, 9 de marzo de 2009

POEMA LEÍDO EN LA BODA DE ANDRÉ SALMON

El 13 de julio de 1909.
Al ver banderas esta mañana no me dije
He aquí la rica indumentaria de los pobres
Ni el pudor democrático quiere ocultarme su dolor
Ni la preciada libertad hace que se imite ahora
A las hojas oh libertad vegetal oh única libertad terrestre
Ni las casas arden porque nos marcharemos para no volver
Ni esas manos agitadas trabajarán mañana para todos nosotros
Ni siquiera se ha colgado a los que no sabían gozar de la vida
Ni siquiera se renueva el mundo retomando la Bastilla
Sé que sólo lo renuevan los que están fundados en la poesía
Se ha engalanado París porque mi amigo André Salmon se casa

Nos conocimos en una bodega maldita
En tiempos de nuestra juventud
Fumando los dos y mal vestidos esperando el alba
Apasionados apasionados los dos por las mismas palabras cuyo sentido habrá que cambiar
Engañados engañados pobrecitos sin saber aún reír
La mesa y los dos vasos se transformaron en un moribundo que nos echó la última mirada de Orfeo
Los vasos cayeron se rompieron
Y aprendimos a reír
Partimos entonces peregrinos de la perdición
Cruzando calles cruzando comarcas cruzando la razón
Lo volví a ver a orillas del río donde flotaba Ofelia
Blanca flota aún entre los nenúfares
Él iba en medio de pálidos Hamlets
Tocando con su flauta los aires de la locura
Lo volví a ver junto a un mujik moribundo contando las bienaventuranzas
Admirando la nieve semejante a las mujeres desnudas
Volví a verle haciendo esto o aquello en honor de las mismas palabras
Que cambian el rostro de los niños y digo todas estas cosas
Recuerdo y Porvenir porque mi amigo André Salmon se casa

Regocijémonos no porque nuestra amistad ha sido el río que nos fertilizó
Terrenos ribereños cuya abundancia es el alimento que todos esperan
Ni porque nuestras copas nos echan una vez más la mirada de Orfeo moribundo
Ni porque tanto hemos crecido que muchos podrían confundir nuestros ojos y las estrellas
Ni porque las banderas ondean en las ventanas de los ciudadanos que están contentos
desde hace cien años de tener la vida y cosas menudas para defender
Ni porque fundados en la poesía tengamos derechos sobre las palabras que forman y deshacen el Universo
Ni porque podemos llorar sin temor al ridículo y sabemos reír
Ni porque fumamos y bebemos como antaño
Regocijémonos porque el director del fuego y de los poetas
El amor que como la luz llena
Todo el espacio sólido entre las estrellas y los planetas
El amor quiere que hoy mi amigo André Salmon se case.

GUILLAUME APOLLINAIRE