Sabes Rafael,
ha subido el precio del pan,
él de los juegos
y también del trabajo.
Tú quizá, también valdrás más.
La presencia es alarmante,
se rodea de vicisitudes ignorantes.
¿Destino o hombres asfixiados ?
¿A dónde vamos con ese temblor en la mirada ?
Algunos Rafael
cuelgan sus vidas en algún lugar del viento
y sin despedirse
cavan tumbas jóvenes,
silencian orificios de piel.
Es un juego de esquinas
que balancea rebotes domesticados
que el color tantea,
sin secretos de imperio
con la muralla del sin trabajo.
El pan es de cada boca.
El hombre juega su niño,
la mujer su palmada rápida
y la palabra es una escalera
que no infringe ningún ritmo.
Rafael, tú,
has entrado en un sistema
de energía libre
donde cada uno desmistifica
lo que huye o lo que padece.
Cada cual se sirve dando.
¿una fuente o un hogar ?
Cuando se multiplican
los artificios más voluminosos
se construyen voces,
cuerdas que viven en plena vida.
¡Te dan teclados!
Ya verás Rafael,
la mano no tiene cinco dedos,
nace sobre páginas.
-
Clémence Loonis
6 de abril de 2013.
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