domingo, 4 de diciembre de 2011

LA CASA DE LOS GATOS

Me duele el corazón de tanto usarlo
son cosas que le pasan a los pobres;
melancólica fiebre sin lograrlo
el humo de la cena ne me cobres.

Sutiles candeleros no es amarlo
y visitas correctas y salobres:
delicado equilibrio por mirarlo
por vía de este verso me recobres.

Dormitorios vacíos percibía;
las terribles hormigas coloradas
y el ángel de la guarda se dormía.

Es pecado mortal seguir las ruinas;
miradas familiares olvidadas
y entre dos gatos muertos me dominas.

CONCEPCIÓN SILVA BELINZÓN